En la tarde del 14 de Marzo pudimos asistir a la conferencia
dada por el equipo formado por Pedro García Aguado, del programa “Hermano
Mayor”, y Francisco Castaño Mena, profesional de la educación especializado en
la atención a adolescentes y sus familias.
Venían con una misión: informar sobre cómo prevenir el
fracaso escolar, los trastornos de conducta y el consumo de drogas y conseguir
que estos niños y jóvenes se conviertan en unas personas felices, autónomas,
responsables, ricas en valores y con capacidad de manejarse en la adversidad.
El acto contó de tres bloques:
- En el primero, se detallaba cómo ha cambiado la educación en los últimos 25 años, tanto en los centros educativos como en las familias.
Se comentó la diferencia entre
“ser malo” y “comportarse mal” y en la necesidad de formarnos como padres para
educar bien a nuestros hijos; de ahí la creación en algunos colegios de aulas para
padres. Ha habido un cambio en el funcionamiento de las aulas en los últimos 25
años. Por ejemplo, hace 25 años cuando un niño se comportaba mal el profesor
podía pegarle una colleja; hoy en día el profesorado tiene que lidiar con
padres que se quejan de que a sus hijos les mandan demasiados deberes y no
tienen tiempo para estar con ellos.
Se puso un toque de humor con el vídeo del
juez Emilio Calatayud donde se comenta que se dice que los niños te dan muchas
satisfacciones, pero que si te paras a pensarlo la verdad es que es un “sin
vivir” y que con niños pequeños problemas pequeños, con niños grandes problemas
más grandes. Ir al minuto 5:40.
También se habló de los derechos
y obligaciones que tienen los niños y que a veces se olvidan estas últimas
(respeto, obedecer a los padres y ayudar a disminuir las cargas del hogar). Se
evidenció cómo el uso de la tecnología está creando muchos problemas en los
hogares y cómo hay diferentes tipos de padres: autoritarios, sobreprotectores,
colegas y conciliadores. Lo que está claro es que se debe ser firme con las
decisiones que se tomen respecto a los niños porque dependiendo de cómo se
comporten los padres así se comportarán los hijos. Además, se comentó la
denominada “fisura educativa”, es decir, cuando mamá dice “x” y papá dice “y”.
Nunca se debe desautorizar al cónyuge y el que pone el castigo es el que debe
retirarlo o modificarlo.
- En el segundo bloque, se habló de las reglas del juego, normas y limites (qué son, cómo se aplican y cuándo deben aplicarse).
Habría que diferenciar lo que son
normas y límites. Por ejemplo, cuando se le dice a un niño en casa no se juega
al ordenador hasta el fin de semana (norma) y cuando se dice esto y se añade
que se juegan dos horas el sábado y dos horas el domingo (límite). Las normas
que se pongan hay que cumplirlas porque si no hay normas el niño podrá ser
inseguro, impulsivo (de mayor puede ser agresivo) y tener baja autoestima en el
futuro. Ante el incumplimiento de una norma debe haber una consecuencia y
también debe de existir un refuerzo a una buena conducta. A menudo los padres
se olvidan de esto último y, cómo todos, a los niños les gusta que les digan
que han hecho algo bien. Se hizo un inciso cuando se habló del papel que tienen
los abuelos en la educación de los nietos hoy en día, y que hay que saber
comprenderlos y saber que educan lo mejor que pueden y saben.
Comentaron que hay que enseñarles
a los niños a ser empáticos. En la adolescencia es cuando se aprende esta
capacidad pero hay que intentar que los más pequeños lo entiendan. Por ejemplo,
ante una niña que se rompe una camiseta muy cara y que a su madre le ha costado
mucho comprarle, esta le debe hacer entender que a mamá le duele eso como a
ella le dolió la herida que se hizo el día anterior cuando se cortó. Lo más
común es que la madre se enfade, grite y la castigue, no entendiendo la niña el
por qué se enfada la madre si lo único que ha hecho es jugar como ella le
indicó. No hay que gritar, hay que usar palabras que ellos entiendan y decirles
cómo nos sentimos y que por eso habrá una consecuencia. Hay que intentar
comprender cómo piensan los niños y adolescentes. Hay que ser comprensivos, que
no permisivos. Y preguntar siempre qué ha entendido el niño de lo que le hemos
dicho.
- En el tercero se habló de la educación de valores (qué es, cómo se ha perdido y cómo recuperarla).
Ante la pregunta ¿cuándo se debe
empezar a educar a un niño?, la respuesta es “ya vas tarde”. Se debe empezar
desde pequeños. Los niños desde que nacen ya nos ponen sus normas (como comer
cada 4 horas) por lo que los adultos debemos poner las nuestras también,
adaptándolas al período de desarrollo del niño.
Ha habido un cambio importante de
valores y hay que compaginar los antiguos y los actuales. Para los niños de hoy
en día es importante la imagen que dan, viven en una sociedad que quiere “todo
ya” y su autoestima viene muchas veces ligada a las nuevas tecnologías (por
ejemplo, cuanto más “likes” tengan en Facebook más felices estarán). Hay que
enseñarles a esperar, a manejar la frustración, a darle importancia al esfuerzo,
al respeto, la responsabilidad y la perseverancia.
Hay que educar según la
personalidad del niño.
Para terminar la charla, pusieron
un bonito vídeo sobre un padre y un hijo. El vídeo se titula “¿Qué es
aquello?”.
Gracias a los dos ponentes por esta deliciosa conferencia.
Myriam Martín.
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