lunes, 16 de marzo de 2015

Aprende a educar



En la tarde del 14 de Marzo pudimos asistir a la conferencia dada por el equipo formado por Pedro García Aguado, del programa “Hermano Mayor”, y Francisco Castaño Mena, profesional de la educación especializado en la atención a adolescentes y sus familias.





Venían con una misión: informar sobre cómo prevenir el fracaso escolar, los trastornos de conducta y el consumo de drogas y conseguir que estos niños y jóvenes se conviertan en unas personas felices, autónomas, responsables, ricas en valores y con capacidad de manejarse en la adversidad.

El acto contó de tres bloques:
  1. En el primero, se detallaba cómo ha cambiado la educación en los últimos 25 años, tanto en los centros educativos como en las familias.
Se comentó la diferencia entre “ser malo” y “comportarse mal” y en la necesidad de formarnos como padres para educar bien a nuestros hijos; de ahí la creación en algunos colegios de aulas para padres. Ha habido un cambio en el funcionamiento de las aulas en los últimos 25 años. Por ejemplo, hace 25 años cuando un niño se comportaba mal el profesor podía pegarle una colleja; hoy en día el profesorado tiene que lidiar con padres que se quejan de que a sus hijos les mandan demasiados deberes y no tienen tiempo para estar con ellos. 
Se puso un toque de humor con el vídeo del juez Emilio Calatayud donde se comenta que se dice que los niños te dan muchas satisfacciones, pero que si te paras a pensarlo la verdad es que es un “sin vivir” y que con niños pequeños problemas pequeños, con niños grandes problemas más grandes. Ir al minuto 5:40.

También se habló de los derechos y obligaciones que tienen los niños y que a veces se olvidan estas últimas (respeto, obedecer a los padres y ayudar a disminuir las cargas del hogar). Se evidenció cómo el uso de la tecnología está creando muchos problemas en los hogares y cómo hay diferentes tipos de padres: autoritarios, sobreprotectores, colegas y conciliadores. Lo que está claro es que se debe ser firme con las decisiones que se tomen respecto a los niños porque dependiendo de cómo se comporten los padres así se comportarán los hijos. Además, se comentó la denominada “fisura educativa”, es decir, cuando mamá dice “x” y papá dice “y”. Nunca se debe desautorizar al cónyuge y el que pone el castigo es el que debe retirarlo o modificarlo.

  1. En el segundo bloque, se habló de las reglas del juego, normas y limites (qué son, cómo se aplican y cuándo deben aplicarse).
Habría que diferenciar lo que son normas y límites. Por ejemplo, cuando se le dice a un niño en casa no se juega al ordenador hasta el fin de semana (norma) y cuando se dice esto y se añade que se juegan dos horas el sábado y dos horas el domingo (límite). Las normas que se pongan hay que cumplirlas porque si no hay normas el niño podrá ser inseguro, impulsivo (de mayor puede ser agresivo) y tener baja autoestima en el futuro. Ante el incumplimiento de una norma debe haber una consecuencia y también debe de existir un refuerzo a una buena conducta. A menudo los padres se olvidan de esto último y, cómo todos, a los niños les gusta que les digan que han hecho algo bien. Se hizo un inciso cuando se habló del papel que tienen los abuelos en la educación de los nietos hoy en día, y que hay que saber comprenderlos y saber que educan lo mejor que pueden y saben.
Comentaron que hay que enseñarles a los niños a ser empáticos. En la adolescencia es cuando se aprende esta capacidad pero hay que intentar que los más pequeños lo entiendan. Por ejemplo, ante una niña que se rompe una camiseta muy cara y que a su madre le ha costado mucho comprarle, esta le debe hacer entender que a mamá le duele eso como a ella le dolió la herida que se hizo el día anterior cuando se cortó. Lo más común es que la madre se enfade, grite y la castigue, no entendiendo la niña el por qué se enfada la madre si lo único que ha hecho es jugar como ella le indicó. No hay que gritar, hay que usar palabras que ellos entiendan y decirles cómo nos sentimos y que por eso habrá una consecuencia. Hay que intentar comprender cómo piensan los niños y adolescentes. Hay que ser comprensivos, que no permisivos. Y preguntar siempre qué ha entendido el niño de lo que le hemos dicho.


  1. En el tercero se habló de la educación de valores (qué es, cómo se ha perdido y cómo recuperarla).
Ante la pregunta ¿cuándo se debe empezar a educar a un niño?, la respuesta es “ya vas tarde”. Se debe empezar desde pequeños. Los niños desde que nacen ya nos ponen sus normas (como comer cada 4 horas) por lo que los adultos debemos poner las nuestras también, adaptándolas al período de desarrollo del niño.
Ha habido un cambio importante de valores y hay que compaginar los antiguos y los actuales. Para los niños de hoy en día es importante la imagen que dan, viven en una sociedad que quiere “todo ya” y su autoestima viene muchas veces ligada a las nuevas tecnologías (por ejemplo, cuanto más “likes” tengan en Facebook más felices estarán). Hay que enseñarles a esperar, a manejar la frustración, a darle importancia al esfuerzo, al respeto, la responsabilidad y la perseverancia.
Hay que educar según la personalidad del niño.

Para terminar la charla, pusieron un bonito vídeo sobre un padre y un hijo. El vídeo se titula “¿Qué es aquello?”.


Para más información se puede consultar su página web: aprendeaeducar.org.

Gracias a los dos ponentes por esta deliciosa conferencia.

Myriam Martín.

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